
“He fallado más de 9000 tiros en mi carrera. He perdido casi 300 juegos.
26 veces han confiado en mi para tomar el tiro que ganaba el juego y lo he fallado.
He fracasado una y otra vez en mi vida y eso es por lo que tengo éxito”
(Michael Jordan)
Una y otra vez.
Si, una y otra vez.
Es lo que hace la diferencia.
Destruye la telaraña y su creadora, volverá a tejerla nuevamente.
Una y otra vez.
La lluvia inunda un hormiguero, las hormigas se encargarán de su
reconstrucción.
Una y otra vez.
Obstruye el curso del arroyo que baja de la montaña.
El agua buscará la forma de continuar fluyendo…y la encontrará.
Una y otra vez.
Hasta que realmente todo acabe, aún no habrá acabado.
Una y otra vez. Una y otra vez. Una y otra vez.
No sin dolor, no sin errores, no sin incertidumbres.
Una y otra vez tu vida puede levantarse desde el abismo más profundo.
Solo repítelo en tu interior. Que tu cuerpo y tu mente lo crean.
Que todo en ti se active, para que de la idea pases a la acción.
Y por fin, te sorprendas a ti mismo logrando lo imposible.
Llegando más allá de tus límites.
¿Cuántas veces debo hacer esto? Podría preguntarle un discípulo imaginario a su maestro.
Seguramente el maestro responderá: Una y otra vez. Una y otra vez. Una y otra vez.
26 veces han confiado en mi para tomar el tiro que ganaba el juego y lo he fallado.
He fracasado una y otra vez en mi vida y eso es por lo que tengo éxito”
(Michael Jordan)
Una y otra vez.
Si, una y otra vez.
Es lo que hace la diferencia.
Destruye la telaraña y su creadora, volverá a tejerla nuevamente.
Una y otra vez.
La lluvia inunda un hormiguero, las hormigas se encargarán de su
reconstrucción.
Una y otra vez.
Obstruye el curso del arroyo que baja de la montaña.
El agua buscará la forma de continuar fluyendo…y la encontrará.
Una y otra vez.
Hasta que realmente todo acabe, aún no habrá acabado.
Una y otra vez. Una y otra vez. Una y otra vez.
No sin dolor, no sin errores, no sin incertidumbres.
Una y otra vez tu vida puede levantarse desde el abismo más profundo.
Solo repítelo en tu interior. Que tu cuerpo y tu mente lo crean.
Que todo en ti se active, para que de la idea pases a la acción.
Y por fin, te sorprendas a ti mismo logrando lo imposible.
Llegando más allá de tus límites.
¿Cuántas veces debo hacer esto? Podría preguntarle un discípulo imaginario a su maestro.
Seguramente el maestro responderá: Una y otra vez. Una y otra vez. Una y otra vez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario