“Superando las preocupaciones que nos obsesionan” por Alberto Sánchez



"La motivación es lo que te hace empezar. El hábito es lo que te hace continuar." (Jim Ryum)

"Deja de pensar en términos de limitaciones y empieza a pensar en términos de posibilidades." (Ferry Josephson)

"Nada en el mundo puede reemplazar la perseverancia. El talento no lo hace; no hay nada más común que hombres sin éxito y con talento. El genio no lo hace; la genialidad que no obtiene recompensa es casi un proverbio. Tampoco la educación, el mundo esta lleno de personas educadas en la ruina. La perseverancia y la determinación son las únicas omnipotentes. El lema “sigue adelante” ha resuelto y siempre resolverá los problemas de la carrera humana." (Calvin Coolidge)


Las preocupaciones obsesivas nos conducen a lo largo del tiempo a la perdida de confianza. Además al abandonarnos a estas preocupaciones se multiplican los efectos que produce. Entre otras cosas perdemos capacidad de concentración y aparece en nosotros una difusa sensación de que estamos perdiendo el control de nuestras vidas junto a un mayor y agotador consumo de tiempo y energía que nos domina. Se va percibiendo un aumento de la tensión y un aumento de la fatiga cada vez en mayor grado. En el centro de todo esto se experimenta una seria dificultad en tomar decisiones junto a sensaciones de temor y confusión. Pueden comenzar a darse una serie de respuestas desproporcionadas en relación a la magnitud de los problemas que tenemos, acompañados de una visión catastrófica imaginando el peor desenlace posible. Suelen imaginase una infinidad de posibilidades irracionales e improbables de forma que continuamente se esperan tragedias.

Lo que sucede en estos momentos no es que carezcamos de la inteligencia necesaria para hallar una solución a los problemas. Lo que sucede es que nos “enfrascarnos” en el problema. Nos quedamos aislados. Más bien se trata de buscar la forma de incrementar la claridad en las ideas y el ordenamiento de los sentimientos confusos.

Quizás el siguiente relato nos sea útil:

Un sabio maestro, contó a sus discípulos la siguiente historia:
"... Varios hombres habían quedado encerrados por error en una oscura caverna donde no podían ver casi nada. Pasó algún tiempo, y uno de ellos logró encender una pequeña llama. Pero la luz que daba era tan escasa que aun así no se podía ver nada. Al hombre, sin embargo, se le ocurrió que con su luz podía ayudar a que cada uno de los demás encendieran su propia llama y así compartiendo la llama con todos la caverna se iluminó".
Uno de los discípulos pregunto:
¿Qué nos enseña, maestro, este relato?
El sabio maestro respondió: Nos enseña que nuestra luz sigue siendo oscuridad si no la compartimos con el prójimo. Y también nos dice que el compartir nuestra luz no la desvanece, sino que por el contrario la hace crecer.

Se trata de avivar una tenue llama, soplar la brasa hasta multiplicar la luz que irradia. Es decir buscar, en lo posible junto a otros la luz que nos hace falta para llegar a la solución del problema que nos ocupa.

Algunos consejos para superar las preocupaciones:

1) Enfocar los problemas de una manera diferente. Sumar a otros (como en el relato) en la búsqueda de diferentes puntos de vista.
2) Atacar las ideas por medio del análisis racional. Las emociones negativas pueden jugarnos una mala pasada. Reconocer cuan mal “nos sentimos” pero en el análisis poner estos sentimientos entre paréntesis, suspender momentáneamente su influencia sobre nosotros.
3) Utilizar herramientas como la visualización (imaginando como nos encontraremos al hallar la solución), y la distracción (llevando el foco mentalmente a la solución pero no al padecimiento que nos provoca).
4) Evitar la paralización basada en demasiados análisis y una poca orientación a ejecutar las soluciones encontradas. No quedar atrapados en la eternización de los problemas por miedo a cometer errores.
5) Tener un enfoque sistemático de los problemas, separando en partes el problema e intentando solucionarlo de esta forma y no todo a la vez.
6) No dilatar los tiempos de resolución pues a medida que se multiplican los motivos para estar preocupado, la capacidad real para alcanzar una solución va disminuyendo.

De esta forma podremos ir pasando de una posición “sufriente” a una posición de “solucionador” de problemas y estaremos dispuestos a padecer menos y disfrutar mucho más de la vida que nos fue dada.

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